¿Qué se pone primero: las ventanas o los azulejos?

Primero las ventanas, después los azulejos. Así de simple… y así de importante. A mí me gusta explicarlo con una imagen muy cotidiana: cuando te vistes, te pones primero la camiseta y luego el collar.
Con la casa pasa igual; la ventana es “el hueso” que va anclado a la pared desnuda, y el azulejo es el traje elegante que tapa, remata y deja todo bonito. Cuando se respeta este orden, el alicatador puede “cortar y ajustar al marco como un sastre”, el sellado queda fino y la estanqueidad a prueba de agua.
Al revés es una comedia que termina en drama: intentar atornillar una ventana con el revestimiento ya puesto es ver al instalador “sudando la gota gorda” para no romper piezas… y la realidad es que algún azulejo caerá, el humor se torcerá y tú pagarás más en repuestos y remates.
Por qué conviene instalar primero las ventanas
Estructura y premarco: dejando el hueco “a medida”
La ventana define el hueco real (alineaciones, plomo y escuadras). Si la colocas primero, trabajas sobre una referencia sólida: premarco/precerco, marco, anclajes y cuñas. Después el cerámico llega a matar contra el marco, sin improvisaciones. Resultado: juntas uniformes y cantos protegidos. Si alicatas antes, cualquier desviación te obliga a recortes milimétricos o a “inventar” soluciones que se ven y se pagan.
Sellado y estanqueidad: juntas, espuma y vierteaguas
La ventana bien instalada necesita su sistema de sellos: espuma de poliuretano en la cámara, cintas estancas o bandas precomprimidas en el perímetro, silicona neutra donde toca, y, en exteriores, vierteaguas con caída y goteo. Si el azulejo ya está puesto, acceder y trabajar el perímetro es más difícil, el riesgo de filtraciones sube y los acabados sufren. Colocando la ventana primero, el alicatado encapsula el encuentro y el sellado queda protegido.
Evitar roturas y sobrecostes en el alicatado
Romper un azulejo no es solo el coste de la pieza: es rehacer el corte, volver a nivelar la junta, coordinar tiempos entre oficios y, con frecuencia, parar la obra. Además, muchas cerámicas (porcelánico rectificado, grandes formatos) son poco amigas de vibraciones y aprietes tardíos. Ventana primero = menos vibraciones y menos drama.
Orden recomendado en baño y cocina
Secuencia paso a paso (cerramientos, instalaciones, alicatado, remates)
- Demoliciones y replanteo: abrir huecos, revisar aplomos y medir el paño real.
- Premarco y hueco: nivelación, cuñas, mortero de asiento si procede.
- Instalación de la ventana: fijaciones, comprobación de plomo y escuadra.
- Sellado primario: espuma PU en cámara, cintas estancas en perímetro, tapetas provisionales.
- Instalaciones (fontanería/electricidad) y impermeabilizaciones (membrana en duchas, bancadas).
- Regularización del soporte: enfoscados/placas para dejar planos y aristas.
- Alicatado: cortes limpios contra el marco, protección de cantos, test de juntas.
- Solados (si aplica) y remates: vierteaguas, silicona neutra en encuentro ventana-azulejo, limpieza fina.
- Sellado final y revisión: prueba de agua (si es exterior/ducha) y ajustes de herrajes.
En esta fase es cuando mi comparación vuelve a la cabeza: “ventana primero (esqueleto), azulejos después (maquillaje)”. Así el sastre (alicatador) “corta y ajusta al marco” y todo encaja.
Errores típicos (y cómo los solucioné)
Atornillar con el revestimiento puesto
Lo he visto: el instalador “sudando la gota gorda” para meter tornillos sin tocar la cerámica. Resultado: una vibración, ¡crac! Solución: si ya pasó, retira las piezas afectadas (mejor que “parchear”), fija la ventana correctamente y vuelve a colocar piezas nuevas con cortes a escuadra.
Juntas mal selladas y filtraciones
Sellar a posteriori con el azulejo puesto suele dejar puentes y huecos. Si notas aire/agua, retira silicona vieja, limpia, aplica cinta estanca donde admita, rellena con espuma de baja expansión y remata con silicona neutra. En exterior, revisa vierteaguas y pídelo con goteo para evitar retornos.
Presupuesto y tiempos: qué impacta de verdad
- Coordinación de oficios: cambiar el orden dispara tiempos muertos; cada parada cuesta.
- Roturas y recortes extra: más riesgo = más piezas de reposición y más horas de corte y ajuste.
- Protecciones: cuando la ventana va primero, protege el marco (cinta, cartones, film) para que el alicatado no lo marque. Barato y evita disgustos.
- Limpieza final: menos polvo sobre cerámica nueva si las vibraciones fuertes (taladros, aprietes) se hicieron antes de alicatar.
FAQs
¿Ventanas primero siempre?
Como regla general, sí. Solo contemplaría excepciones si es una sustitución sin obra o un sistema diseñado para instalarse sin tocar el encuentro con el revestimiento.
¿Puedo cambiar la ventana sin romper azulejos?
Posible en sustituciones sobre marco existente y con buen replanteo. Aun así, prevé algún recorte y ten piezas de repuesto por si acaso.
¿Suelo o pared primero si también cambio la ventana?
Con ventana nueva ya instalada, yo alicato paredes ajustando al marco y después coloco el suelo, dejando junta perimetral y sellado elástico en encuentros.
¿Qué sellador uso alrededor del marco?
En general: espuma PU de baja expansión en cámara, cintas estancas o bandas precomprimidas en el perímetro y silicona neutra para el remate visto. En exterior, no te olvides del vierteaguas con caída.
Conclusión
Si quieres una obra sin sustos: ventanas primero, azulejos después. Lo contrario es como poner el collar antes que la camiseta: incómodo, arriesgado y caro. Con el orden correcto, el alicatador remata “a medida”, el sellado queda de libro y tú te evitas roturas, retrasos y extra de presupuesto.

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